Evangelio de hoy

Sábado de la 5° Semana de Pascua

San Cristóbal Magallanes, Presbítero, y Compañeros, Mártires.

Evangelio según San Juan 15, 18-21

“No sois del mundo, sino que yo os elegí y os saqué de él”

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió. Palabra del Señor.

Meditación

El Señor nos precede en el rechazo y las persecuciones, pero salió victorioso, y nunca se dejó acobardar en su misión redentora; por eso el cristiano, renacido para Dios con Cristo mediante la fe y el bautismo, no forma ya parte del mundo que rechaza a Dios y su enviado.  La sentencia es tajante: “el siervo no es más que su amo”. El testimonio del amor es el distintivo para contrarrestar el egoísmo y el odio.

El apóstol laico en su misión debe procurar ser fermento y luz en la civilización del amor, sin apartarse de su ejemplo de vida que es Cristo Jesús y la Cruz: “Dichosos los perseguidos por seguir el bien. El antídoto para liberarse de la mundanidad que enceguece es aferrarse a la gracia divina capaz de vencerlo todo. La Iglesia te necesita y te anima a lanzarte a la audacia misionera: “Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas” (EN 80). No permitas que la persecución y el odio del mundo te intimiden en tu testimonio cristiano.

El Espíritu Santo es la fuerza del cristiano, capaz de encender siempre el corazón en la alegría pascual a pesar de las pruebas que uno debe afrontar. Los santos mártires deben estimularnos a ser fieles a la identidad y misión de anunciar la Buena Noticia de salvación.

Gracias Señor porque tu sufrimiento redentor nos redime y tu victoria pascual nos conforta.