Compartimos un poema sobre la Pascua del Señor, escrito por el equipo del Semanario Encuentro.
EL INMORTAL
Te pintaban la cara de espanto y horror
Con la fuerza de un monstruo devorador
De hombres y esperanzas, de resistencias
A un poder que tenía el color del sol
Y la atracción de la luna en la noche oscura…
La antigüedad te llamó temor y maravilla
Mas te tenía presente con un niño ante una piedra
En la montaña, con asombro y con terror…
De pronto, el mundo reaccionó como adolescente en ira
Destruyendo tu imagen falsa arrasó también
Su inocencia creyente y fresca como el mundo antiguo
Aquella suntuosa época de tiranos y héroes
Se convirtió sin saberlo en una caricatura
De su propia naturaleza, muerta como los girasoles
De los cuadros impresionistas, del color de los muertos
Del color superfluo de un mundo olvidadizo y distraído
que mató a Dios con el hacha de su intelecto…
Pero no era a Ti a quien destruyeron, con su extraño
Monumento al dios desconocido, derribaron también
La voz del alma que susurra en lo profundo
preguntas que antes gritaba en la montaña y en abismo
Viajaron con tus tesoros lejos de Ti
Se llevaron el deseo y la gloria, el esplendor de un tiempo
De pequeños con certezas de gigantes…
Hoy, parte del mundo dice haberte conocido
En una cruz clavado, en las orillas de un mar antiguo
Con palabras sagradas que cada uno dice interpretar a su modo
Después de un breve tiempo de renacida esperanza
Con cantos, edificios y el lirio de la cultura del obrar bien hecho
Hoy se apagan de nuevo las preguntas, el alma se ha silenciado
Y llora su espanto ante la iniquidad que gobierna y traspasa
Naturaleza, calor, dolor, vejez, muerte… ¡las murallas de la ciudad!
Todo intenta controlarlo, como un monstruo maligno,
todo pretende sustituirlo antojadizamente
Porque, en el fondo, nunca te ha conocido
¡Oh, “Amor que no era Amado”!…
¡Pequeños del mundo, despertad del sueño, compartid vuestra luz!
Está oscuro el mundo y fallece
Hace resplandecer con vuestra alegría
Aquellas aureolas que disipan las tinieblas en esta edad confusa
Es tiempo, es vuestro tiempo en esta edad hostil
¡Cantad, entonad aquellas bellas melodías, nacidas de la experiencia
De un amor que se hace compañía, destino, certeza!
Verdad es su nombre propio, Amor es su esencia
No lo destruirá ni la ira ni la indiferencia ni la traición
Resucitará en ese resto que ha encendido las lumbreras
Con el aceite que se mantiene obstinado en su deber donativo
Aceite que cargarán las vírgenes prudentes
Esperando al verdadero, al que es cien veces ansiado
Y que llega pronto con la recompensa en sus manos…
Ayer llegó como un enamorado que golpea en la noche
La puerta de su amada
“Abre, esposa, abre paloma”…
Hoy se manifiesta en cada gesto desconcertante de los
Que viven la gratuidad y la grandeza de lo cotidiano
¿Cómo es posible que no lo veas, pequeño hijo de Adán?
¿Cómo es posible que no lo develes, pequeña hija de Eva?
Es tu tiempo, el tiempo de los amores mártires
El tiempo de volver a casa, leoncillo, leoncilla…
Te espera el Héroe de las mil batallas
Te espera con sus heridas sanadas
Toca la puerta y abre…
CCL, Pascua de 2019
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