Evangelio de hoy

MARTES DE LA SEMANA 13° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Mateo 8, 23-27

“¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”

Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: “¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!”. Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”. Palabra del Señor.

Meditación

     Seguimiento de Jesús, aumento de fe y admiración. La escucha continua del Evangelio y la oración colecta de la Misa nos compromete a recordar la Veritatis Splendor, del año 1993. En ella, “brilla todas las obras del Creador, incluido el hombre creado a imagen y semejanza de Dios”. Nos ayuda a valorar “la verdad que ilumina la inteligencia y modela la libertad humana” y a rezar “Alza sobre nosotros la luz de tu rostro Señor”. En dicha Carta, podremos profundizar sobre “las exigencias morales en los ámbitos de la sexualidad humana, de la familia, de la vida social, económica y política” (n. 4). Esto corresponde a una “enseñanza moral sobre múltiples y diferentes ámbitos de la vida humana”.

     El Papa Francisco recomienda “afrontar” los problemas, los males, las situaciones adversas: “El temor no es buen consejero, no nos ayuda a avanzar en el camino del Señor. También ante la nostalgia o el pecado no tengamos miedo de encontrarnos con Jesús. Cuando Él se aparece produce miedo y hemos de volver al Él: decirle, Señor, sálvanos; tengo la tentación de quedarme en el pecado o de querer saber, durante la nostalgia. Confesar, tengo miedo”.

     La Palabra de Dios de estos días, pronunciadas a sus apóstoles, ayudan al discernimiento. No somos ingenuos, ni tibios, pero en la debilidad seamos valerosos. Quedaremos admirados y con aumento de fe, para compartir y salir a la misión. No tengamos miedo.

   

¡Tengo ante los ojos tu bondad, Señor!

Escrútame, Señor, ponme a prueba,

sondea mis entrañas y mi corazón,

porque tengo ante los ojos tu bondad,

y camino en tu verdad.