Evangelio de hoy

MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA

Evangelio según San Juan 15, 1-8

“Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes”

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos. Palabra del Señor.

Meditación

Cristo es el centro de unión y comunión de vida, y esa comunión con él es condición indispensable para dar frutos. El tronco vivifica a los sarmientos y los sarmientos unidos expresan su sentido de pertenencia. “El cristiano necesita la savia, y la vid necesita y espera los frutos”(Papa Francisco). El Señor nos pide con insistencia: “Permanezcan en mi amor, porque sin mí no pueden hacer nada”.

 

La desunión es como la excomunión, la separación de la fuente de la vida y de la comunidad de hermanos. Esta separación trae consigo la esterilidad, la sequedad y la muerte. Somos miembros muertos sin la unión vital con Cristo y entre hermanos en la fe eclesial. Es necesario pedir al Espíritu Santo para que siga podando a la Iglesia para producir el fruto necesario para el Reino y la salvación de los hombres.

 

-Gracias, Señor, porque Tu eres la vida verdadera, y hazme ser comunión con mis hermanos.

-Ven a visitar tu viña, y la cepa que tu diestra plantó.