Evangelio de hoy

MIÉRCOLES DE LA SEMANA 24° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Lucas 7, 31-35

“¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? “

Dijo el Señor: ¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: “¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!”. Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: “¡Tiene un demonio!”. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!”. Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos. Palabra del Señor.

Meditación

     Propuestas novedosas de Cristo. La nueva alianza sellada por Jesús con sus discípulos, tiene el precedente de la confusión generada por falsos profetas, reyes injustos y profanación cultual. El evangelio de hoy es comentado por el Papa Francisco: “Los diálogos fuertes de Jesús, con la clase dirigente de su tiempo: se pelean, lo ponen a prueba, le ponen trampas para ver si cae, porque se trata de la resistencia de ser salvados” (Homilía en Santa Marta). Jesús no les entiende, `parecen niños, pero no bailan; cuando suena la flauta, no bailan; algunos se lamentan y ellos ni lloran´. Nos preguntamos si cómo andamos por casa y en nuestros ambientes.

   Concluye el Papa: ¡Queremos salvarnos como nos gusta! Se trata de la cerrazón del mundo a Dios, y los proyectos generados por la fiebre intelectual y teológica. Ya enseñaba el Papa Benedicto XVI: El hombre herido por el pecado original pretende la felicidad y la salvación por sí solo (Cfr. Caritas in veritate, c. III).

    Convendría usar la Biblia y Amoris laetitia, para nuestra espiritualidad familiar; participar de los encuentros en torno a la Palabra de Dios y los Sacramentos; dar testimonio de la fe que profesamos “al modo de Cristo, cuya misión, se dirige al “drama que está en nuestro corazón” (Idem, 3-oct-2014).

 

¡Grandes son las obras del Señor!

Gracias al Señor de todo corazón,

 en compañía de los rectos, en la asamblea.

Grandes son las obras del Señor,

dignas de estudio para los que las aman.