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Manifiesto Arzobispo Metropolitano (13-06)

13 de junio de 2020

 

En cumplimiento de nuestros deberes pastorales de gobierno de la Iglesia y cuidado de los fieles, que es la mayoría de nuestro país, ante el anuncio de las autoridades del Gobierno sobre las Nuevas Medidas de la Fase 3 de la Cuarentena Inteligente en Paraguay, a implementarse a partir del 15 de junio próximo, nos vemos obligados por nuestra responsabilidad ante Dios y el pueblo, a manifestar públicamente nuestra extrañeza por el número de personas que se dispone arbitrariamente desde el Gobierno para las celebraciones religiosas, misas y cultos presenciales, el cual no debe superar las 20 personas, según el comunicado oficial dado a conocer.

Llegados a esta Fase 3, escuchamos con sorpresa que, a pesar de estar preparados desde hace tiempo para ofrecer garantías de orden (nuestra misma liturgia y ritos, así lo requieren) y prevención sanitaria para las celebraciones religiosas a ser utilizados según su capacidad, sin aglomeración y cumpliendo todas las medidas sanitarias, por las que clama el pueblo creyente, especialmente para la participación presencial en la celebración de la Santa Eucaristía, lo cual es un derecho de todo fiel bautizado. Nos encontramos con la arbitrariedad en la disposición del número de fieles que, según el Gobierno, y sin evidencias respaldatorias, debe ser limitado a solo 20 personas en general. El número podría inclusive ser mayor…pero siempre será arbitrario y no objetivo.

Según las medidas tomadas de otros países, lo más objetivo es que el número de personas corresponda a la capacidad física del templo, en un 50% inicial, hasta llegar al 100%.  Todos los templos pueden acoger perfectamente a más fieles según la capacidad del propio templo, sin generar aglomeración y cumpliendo todas las medidas sanitarias.

Está de más decir que el compromiso de la Iglesia para el cuidado de los fieles, en cuanto a las medidas sanitarias para antes, durante y después de las celebraciones de culto jamás se han dejado al azar ni se han desconocido los informes científicos, ni los protocolos sanitarios del Ministerio de Salud Pública.

Por ello, no hemos escatimado esfuerzos, ni sacrificios, hemos apelado al orden y a la razón, hemos convocado a los profesionales católicos a colaborar, hemos puesto a disposición de todos los ciudadanos de cualquier credo nuestra logística y servicios, nos hemos mantenido en contacto permanente con las autoridades, con quienes nos venimos reuniendo y evaluando la situación muy seriamente paso a paso, como corresponde, quizás más que ninguna otra institución social, y hemos elaborado en conjunto las pautas sanitarias detalladas a ser llevadas adelante en el momento de retomar las celebraciones religiosas, las Misas, la adoración eucarística y los otros sacramentos.

Por lo expuesto, solicitamos al Gobierno tenga a bien rever su postura en este ítem, y atender en la brevedad posible nuestro pedido para la Fase 3, para ello ofrecemos una vez más seguir dialogando como hasta ahora.

Invocamos la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo para las autoridades del país y el pueblo todo, en especial los enfermos, los profesionales sanitarios, de seguridad y las personas más vulnerables.

+ Edmundo Valenzuela, sdb

Arzobispo Metropolitano de la Santísima Asunción