El Presbítero Celestino Ocampo Gaona recibirá la ordenación episcopal, que lo habilitará como nuevo obispo de la Diócesis de Carapeguá, el domingo 5 de agosto, a las 9 hs, en la Catedral “Inmaculada Concepción de María” de la ciudad de Carapeguá. El celebrante principal será Mons. Edmundo Valenzuela Mellid, Arzobispo de la Santísima Asunción; y, coordenantes Mons. Pedro Collar, Obispo de San Juan Bautista y Mons. Mario Melanio Medina, obispo emérito de esta diócesis.

Concelebrarán todos los obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), los sacerdotes de la diócesis de Carapeguá y los sacerdotes de otras diócesis y de las congregaciones; participarán, asimismo, religiosos, religiosas, laicos y autoridades del departamento y del país.

BREVE BIOGRAFÍA DEL P. CELESTINO:

El P. Celestino Ocampo Gaona  nació en Curuzú Cuatiá, Mayor Martínez, departamento de Ñeembucú. Ejerció varios cargos y tareas pastorales en su diócesis, San Juan Bautista de las Misiones. Fue Rector del Seminario Mayor Nacional y Secretario Ejecutivo de la Coordinación Nacional de Presbíteros. Será el cuarto obispo de la diócesis de Carapeguá; el primero fue Mons. Angel Nicolás Acha Duarte, el segundo Mons. Celso Yegros Estigarribia, ya fallecidos. El tercero, Mons. Joaquín Robledo, actualmente obispo de San Lorenzo.

El escudo episcopal de Mons. Celestino Ocampo Gaona ostenta su lema: “Aquí estoy, Señor, envíame”, haciendo alusión al Profeta Isaías que expresa su total disponibilidad para ser enviado por el Señor (Is 6, 8).

El escudo consta de tres composiciones gráficas, cada una con un mensaje principal de su misión episcopal.

La primera, la figura del lavatorio de los  pies de los apóstoles realizado por Jesús, es un gesto de servicio que el Maestro invita a  vivir. (Jn. 13,14) El Obispo  como mensajero de la vida evangélica tiene como misión el servicio y la misericordia ante las personas que enfrentan problemas en la vida.   La Iglesia no es un grupo de perfectos, sino una comunidad de creyentes y discípulos en camino, con virtudes y dificultades. El Obispo está  llamado a lavar los pies y los corazones de las personas, a curar las heridas como el buen samaritano. Es lo que expresa el lema y el lavatorio de los pies.

La segunda, compuesta por los esteros del Ñeembucú, son una riqueza ecológica importante del país. Es la zona geográfica de origen del Obispo Monseñor Celestino Ocampo  que nació y creció en el Ñeembucú. El lleva dentro de sí el amor a la tierra y la protección al equilibrio ecológico, que el Papa Francisco nos estimula en su carta “Alabado seas mi Señor”.

 Se completa con los cerros, símbolo de la diócesis de Carapeguá. Jesús tiene un amor especial a los cerros, era su lugar de oración a solas. A veces se pasaba arriba del cerro toda la noche en oración (Mt. 14,23 – Lc. 6,12). Los cerros del Noveno Departamento son lugares turísticos de esta zona. Pero no sólo deben ser zonas de turismo sino también lugares de peregrinación,  oración  y de descanso.

El escudo se completa con la imagen de la Virgen Inmaculada Concepción, protectora de la Diócesis de Carapeguá. Ella,  la silenciosa evangelizadora acompañó a los Apóstoles en el nacimiento de la Iglesia: “Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María la Madre de Jesús”(Hechos 1,14). Hoy en el mundo, ella es considerada la Bendita entre todas las mujeres y la que en nombre de Jesús anima a los cristianos en la difusión del evangelio. “Hagan todo lo que Él les diga” (Jn. 2, 5). Carapeguá nació y crece como comunidad bajo el manto protector de la Virgen Inmaculada.

 

Al concluir la celebración, la comunidad está invitada a un almuerzo.

 

Carapeguá, 10 de  julio de 2018