Solemnidad de la Ascensión del Señor
Tema: «El apostolado de María Felicia

Monición de entrada:

Hermanos y hermanas: bienvenidos a esta celebración. Como los primeros testigos de la resurrección estamos convocados cada Domingo para vivir y confesar la presencia del Resucitado. Hoy, en la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los Cielos, estamos todos invitados a cumplir con el mandato misionero que Jesús nos dejó antes de retornar junto al Padre: proclamar su Evangelio a todo el mundo.

En este día, la Iglesia celebra también la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, e iniciamos la Semana de Oración por la unidad de los cristianos.

Así mismo, recordamos que nos encontramos en un tiempo privilegiado de preparación para la gran celebración de beatificación de nuestra primera beata paraguaya: María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como «Chiquitunga».

Para ir disponiendo nuestro espíritu para ese gran acontecimiento, durante estos domingos estamos repasando algunos de sus pensamientos y aspectos de su vida entregada al Señor, ya que ella es para nosotros ejemplo de muchas virtudes, manifestadas desde su simplicidad humana en pequeños gestos de amor y entrega que ofreció y vivió en este mundo.

Precisamente, en este Domingo en el que el Señor nos dice en su Palabra: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación», queremos hacer memoria de su gran apostolado.

María Felicia fue, ante todo, una joven laica que vivió en plenitud su vocación bautismal de cristiana y apóstol. En lo que se refiere a su apostolado personal, sería imposible citar todas sus actividades. En sus años como miembro activa de la Acción Católica, descubrió y experimentó la ardua pero hermosa tarea de conocer y hacer conocer a Cristo, y se llenó de gozo con su entrega al servicio de sus hermanos, los hijos de Dios, en particular de los pequeños, los enfermos y desamparados. Esta inmolación de su vida, esta entrega total de su ser estuvo inspirada por una profunda sed de apostolado.

Que ella sea un soplo para que las comunidades de la Iglesia en el Paraguay sean más comprometidas, vivas y alegres.

Cantando, nos ponemos de pie y recibimos a quien, en nombre de Cristo, preside nuestra celebración.

  1. Aspersión

Monitor: La aspersión del agua nos recuerda nuestro Bautismo cuando nos unimos a la vida de Jesús para siempre. Este gesto nos introdujo a la vida nueva de los hijos de Dios y nos hizo discípulos y misioneros de Cristo Resucitado.

El sacerdote utiliza el agua bendita de la Vigilia Pascual (o bien bendice el agua con las oraciones que ofrece del Misal) y procede a la aspersión del pueblo, mientras se entona un canto apropiado. Concluye, diciendo:

Sacerdote (S): Que Dios Todopoderoso nos purifique del pecado y por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su reino.

Si no se realiza el rito de aspersión, puede utilizarse el siguiente esquema:

S: Con la esperanza plena en el amor misericordioso de Dios, recurramos a Él, implorando su perdón.

Tú que nos guías por el camino recto: Señor, ten piedad.

Tú que subiste al cielo para prepararnos un sitio: Cristo, ten piedad.

Tú que nos envías como discípulos de tu Evangelio: Señor, ten piedad.

S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

  1. LITURGIA DE LA PALABRA
  2. Monición a las lecturas

Hechos 1, 1-11   •   Salmo 46, 2-3. 6-9   •   Efesios 1, 17-23 o bien: Efesios 4, 1-13   •   Marcos 16, 15-20

Jesús Resucitado sube a los Cielos junto al Padre, pero quiere seguir trabajando por el Reino y necesita de todos nosotros. Escuchemos las lecturas a ser proclamadas.

  1. Oración Universal

S: Animados por el Espíritu Santo, que viene a interceder por nosotros, pidamos al Padre por nuestras necesidades y las del mundo entero. A cada intención respondemos:

« Escúchanos, Padre»

 Para que la Iglesia siga siendo iluminada por el Espíritu Santo y, dócil a su misión, proclame el Evangelio cumpliendo con responsabilidad y audacia esta tarea. Oremos.

  1. Para que los gobernantes del mundo, en especial los que han sido recientemente electos en nuestro país, respeten y promuevan la dignidad humana de las personas, creadas libres a imagen y semejanza de Dios. Oremos.
  2. Para que los Medios de Comunicación Social sean servidores de la verdad y sean un vínculo eficaz para la propagación del Evangelio. Oremos.
  3. Para que los jóvenes no sean absorbidos por la sociedad del consumo. Oremos.
  4. Para que la próxima celebración de beatificación de la Venerable María Felicia de Jesús Sacramentado, «Chiquitunga», redunde en frutos de santidad para nuestro País. Oremos.
  5. Para que nuestra futura beata nos contagie su espíritu de apostolado, de trasmitir las cosas de Dios a los demás. Oremos.

S: Escucha, Padre, las oraciones de tu pueblo y haznos permanecer unidos a ti, para que un día podamos ascender a los Cielos como Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos.

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

  1. Presentación de dones

Presentamos pan y vino que serán transformados en el Cuerpo y la Sangre del Señor, y el aporte económico para el sostenimiento de la comunidad.

  1. Comunión

Acerquémonos al alimento de la Vida Eterna, que nos ayuda a anunciar el Evangelio y mejorar nuestras vidas.

  1. RITOS CONCLUSIVOS

Para incluir en los avisos parroquiales:

Con gran gozo, el sábado 23 de junio podremos participar de la gran celebración de beatificación de nuestra primera beata paraguaya, María Felicia de Jesús Sacramentado, «Chiquitunga». El encuentro será en el estadio del club Cerro Porteño (de la ciudad de Asunción). El horario es el siguiente:

  • 12:00 horas: apertura de los portones del estadio, con acceso libre y gratuito.
  • 14:00 horas: Animación, cantos, teatro, documental y alegorías.
  • 16:30 horas: Solemne Celebración Eucarística de beatificación, presidida por el delegado del Papa Francisco, Excelencia Reverendísima Cardenal Ángelo Amato.

Todos están invitados a participar y formar parte de este momento histórico y feliz para nuestra Iglesia en el Paraguay.

 Envío

Habiendo compartido esta celebración, ahora nos queda la misión de ir paso a paso tras las huellas de Jesús Resucitado, proclamando su Evangelio.

  Recurso para la homilía

Algunos pensamientos de la Venerable María Felicia de Jesús Sacramentado sobre su apostolado:

  • “Quiero que todo se sature de Cristo y, dondequiera que sea, que pueda dejar un rayito; ahí, ahí me propongo estar y cumplir el pedido del Santo Padre: Presencia de la mujer cristiana en el mundo de hoy, y trabajar hasta hacer que el día tenga 25 horas, hasta caer rendida de felicidad, por haber tenido todo y haber dado todo” (Da).
  • “Otro móvil no me mueve que el apostolado; todo cuanto hago, lo hago con el objeto de ganarlas de alguna manera para Nuestro Señor” (Da).
  • “¡Purifica mis ansias, mis anhelos, mis ilusiones, Señor!, y haz que este ardor de mi corazón se trueque en una vida intensa de unión contigo, Dueño amado, de intenso apostolado” (Da).
  • “Esposo de mi alma, Tú, que conoces mis ansias de apostolado, de celo por la salvación de las almas, ayúdame a que sepa dónde quieres la consagración integral de todo mi ser” (Da).
  • «Dadme la gracia de ser una ‘Santa Apóstol’» (Da).